Me llamo Belén y soy la encargada de, día a día darle vida a este blog. Hoy me voy a tomar la libertad de enseñaros algo que me gustaría compartir con todos vosotros.
En el momento en que se está publicando ésta entrada, me encuentro, con mi marido y mi hija, montados en un avión que nos lleva de vuelta a casa.
Después de casi un mes, volvemos a España, a casa, al calor, al sol, a la playita, con mis gatitos, pero me dejo atrás algo muy importante.
Este verano, por primera vez, hemos volado a pasar las vacaciones fuera de España, fuimos a ver a alguien muy especial.
Todo lo que he visto durante este tiempo me ha gustado tanto, que me gustaría compartirlo con vosotros.
Edimburgo,
la capital de Escocia, Reino Unido,
este es el lugar donde he pasado estos últimos días.
No se parece en nada a lo que conozco.
Me fui de España, asada de calor, y llegué a Edimburgo con el abrigo puesto y el paraguas en la mano.
Todas aquellas personas que me conocen saben que siempre voy con la cámara de fotos en la mano, y fue superior a mis fuerza el no hacer ninguna fotografía para después compartir con vosotros.
Lo intenté pero no me he podido resistir y aquí estoy, haciendo la entrada de mañana, para que mientras yo vuele, vosotros veáis parte de lo que yo he visto.
No se parece a lo que nosotros estamos habituados a ver, sol, cielo brillante y despejado, sin una sola nube, manga corta, tirante, playa, etc., etc..
Espero que os gusten, merece la pena.
Pero insisto, sin el sol que a mí tanto me gusta.
Aunque como podréis comprobar, no hizo mal tiempo, incluso pasamos el día más caluroso del verano.
Pero cuando fuimos a la playa....
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