Monday, February 18, 2013

"La Nube Negra y el Arco Iris" de Mª Carmen Meroño


Mª Carmen Meroño,
vecina de Pozo Estrecho, socia nuestra y colaboradora activa de este blog. 

Uno de sus hobbies es escribir. En cuanto tiene unos minutos, coge su pluma y papel y escribe sobre aquello que le viene a la cabeza. Da igual el tema, su pasión es la escritura y tiene facilidad para ello.  

A escrito sobre distinto temas, pero hasta hoy nunca un cuento. Este es el primero que ha escrito y creemos que no lo hace nada mal. Ahora os toca opinar a vosotras..


El título es...

"La nube negra y el Arco Iris"

   Fué en primavera, y brotó como nacen las flores, con el ímpetu maravilloso de lo nuevo, una experiencia rica en matices, un cuento que nació en colores, y yo dispuse mi pluma, y la dejé volar como nube que arrastra el viento, y papel y pluma se unieron para contarlo así:

   Erase una vez, un Arcoiris que tras un día de lluvia, brillo en el cielo.

   Sus siete colores se disputaban, cual de ellos era el primero en belleza, pero las nubes negras de la tormenta, amenazaban con apagar el brillo de su luz.

   Al escuchar sus voces, la Nube Negra preguntó:

   -¿Que pasa ahí?

   Y los colores asustados, le contestaron:

   -Somos nosotros el Arcoiris, sus siete colores y queremos saber cual es el primero.

   -¿Siete? Preguntó con voz atronadora la Nube Negra.

   - Sí, siete, lo que sucede es que al estar tan próximos, apenas se nos distingue.
  
   Dijo el amarillo con voz suave y titubeante.

   La Nube Negra resopló con fuerza y contestó:

- El primero soy yo, quien lo duda, el negro lo tiñe todo, no deja pasar la luz; ¡O creéis vosotros que con esos colorcitos pálidos y sin fuerza, me váis a disputar la belleza que da la oscuridad.

   El rojo, que estaba rojo de ira, ante la petulancia de la Nube Negra le dijo:

   - ¿No sabes que yo doy vida a los hombres?

   - Su sangre es roja y los hace fuerte, y también buenos y me comparten entre ellos.

   El verde que ya no podía más se unió al rojo en defensa de sus derechos:

   - Dime Nube Negra, los bosques, que hacen respirar al planeta qué, ¿que respondes?, soy o no, importante.

   La Nube Negra gritaba cada vez con más fuerza, atrayendo hacia si  las pequeñas nubes oscuras, que se acercaban y se unían a ella. La Nube iba aumentando de tamaño, el Arcoiris cada vez más timidamente seguía enfrentadose a ella con la voz entrecortada por el miedo.

   El violeta le dijo:

- No hables tan alto, pues no somos sordos. En la tierra hay una flor muy bella y con un aroma muy dulce, que se llama como yo, y es conocida y apreciada en el mundo entero, y el naranja se apuntó a la reprimenda, - y yo, doy vitamina C para que los niños no enfermen, y el añil replico: - yo no sé para que sirvo, pero soy muy bonito y alegro la vista a quien me ve.

   La Nube Negra cada vez más grande iba encogiendo al Arcoiris, que sentía que iba a ser devorado en cualquier momento.

   El azul que hasta ese momento no había abierto la boca, cogiendo aire, para que su voz resonara fuerte y potente, le dijo:

 - Yo soy el color del cielo y del mar, ¿me vas a decir que tu belleza supera la mía?.

   La Nube Negra montó en cólera, y con un ruido atronador, explotó en un aguacero que la fué dejando cada vez más pequeña y contraída Su rabia se le escapaba transformada en rayos y truenos.

   El  Arcoiris, lleno de pena al ver la nube cómo se destruía así misma, se tapaba con las Nubes Blancas, que para consolarlo, acariciaban sus colores.

   La pesadilla había terminado, pobre Nube Negra.

   Los colores en su arco maravilloso, prometiron seguir unidos y felices y disfrutar del cielo, mientras la Nube Negra se deshacía consumida por su ira, por no querer compartir su belleza con todos los colores.

   Ya ves Nube Negra, tu color también es bello (pensó el Arcoiris) pues es el color de la noche, donde las estrellas juegan al escondite y la Luna las mira diciendoles: - ¡Hijas mias, no os dejéis caer tan rápido, que os vais a hacer daño!.

   Solo con sentirse uno más hubiera sido feliz, cada uno con sus diferencias pero todos igual de bellos.


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